sábado, 1 de diciembre de 2012

Marcas

Debí de sentir lo mismo en 1997, aunque lo cierto es que apenas lo recuerdo. He olvidado casi completamente lo que pasó ese año, aquello del gran terremoto y todas sus réplicas. De eso tengo cicatrices, no recuerdos. Solamente sé que no dejaron nada en pie. Ni siquiera a mí. Exacta e insoportablemente igual que ahora. Es lo mismo, estoy seguro. Algo ha tenido que salir mal, se supone que esto no debía pasar así. Que los echos de menos no podían perder contra los hechos de más. Que a los sentimientos no se les podía aplicar la propiedad distributiva. Y que el Segundo Principio no podía imponerse como única ley. Pero todo está mal. La entropía se ha disparado y todo está desordenado. Todo está en ruinas, todo está echado a perder. Todo es frío, es insensible, es egoísta. Es como tú. Sólo queda esta desesperación que devino de la determinación.
Dime que tu marca no es el final. Que yo no me he equivocado y que tú no has cambiado. Dime algo porque yo ya no puedo arreglar esto. No entiendo porque no paro de curarte, pero tú no dejas de morirte.

1 comentario:

  1. Quizas quiera morirse para dejarte resucitar, quizás sea la hora del clear all y que los for empiecen de nuevo.
    A este while le quedan pocas pasadas, porque las leyes de la física te lo susurran a velocidades supersonicas!

    Una sonrisa desde la sierra y un abracico de navidad!

    Pander and comander!

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