domingo, 10 de abril de 2011

Sólo ida, por favor

Mi corazón cicatriza demasiado rápido. Desde fuera parece todo lo contrario, pero ellos no saben que aquí el tiempo corre de manera distinta. Se ha ido entrenando con el paso de los años, que son de su dominio. Y como también lo son los días, todos los miércoles, nada más amanece, se va a correr por el borde del río. Y río que te ríe con su buen humor matutino, parece que gasta todas las sonrisas de buenos días que guardo en el bote de al lado de mi cama. Con semejante contrincante es mejor aplicarse eso de que una retirada a tiempo es una victoria, pero es que ni con esas podría ganar un segundo puesto. No hay ni que decir que el tiempo tiene el monopolio de todos los segundos del mundo. Además, mi Retiro lo dejé en Madrid tiempo atrás, justo cuando mi magnetismo se convirtió en sólo uno de esos velcros que ni siquiera se mantienen unidos. Fue entonces cuando me di cuenta de que antes tardaba en cicatrizar años y ahora a penas unos meses. Y eso que antes no sabía querer y ahora sí.

El cardiólogo me dijo que el problema no estaba en mi corazón. 'Usted lo que tiene es un enfriamiento global'- me informó. Todo yo sufro un proceso progresivo de congelación. Durante algún tiempo, la situación mejoró gracias a la concienciación que un habitante extranjero trajo a mi pequeño planeta, pero tras su fuga, el frío me vuelve a ganar terreno. Creo que tanto tercer puesto en mis disputas con el tiempo me han hecho crecer a un ritmo transgénico. Es todo eso que se va quedando tras de mí lo que está destruyendo la capa de recuerdos que protegía mi planeta. Ahora todo duele, pero el frío hace ver que no. Es algo adictivo. Por eso mi corazón cicatriza cada vez más rápido. O eso me creo yo. Los activistas luchan con todas sus fuerzas para poder poner remedio a la situación a tiempo. Ponen carteles, organizan manifestaciones, pero todo es en vano. Cada vez se les oye menos. El enfriamiento les está afectando como a cualquier habitante de mi planeta y su voz se hace fina pero insegura. Sin saberlo, los fantasmas también contribuyen a restablecer la situación de planeta normal que un día reinó. Ellos siguen haciendo las mismas cosas de siempre, sin saber que dejaron de existir hace mucho tiempo. Y lo cierto es que puede ser tarde. Quizá el enfriamiento global sea ya un proceso irreversible y mañana los 257 sentimientos que intenten impactar contra mí, se verán obligados a resbalar por el hielo que lo habrá invadido todo. Me habré convertido en alguién frío. Y ni si quiera la historia más triste de amor me dará pena. Las lágrimas no existirán porque caerán al suelo congeladas y se romperán. Sin más.

Y quizá, entonces, no sea todo tan malo, ya verás.

1 comentario:

  1. Lo importante es usar de vez en cuando spraits que dañen la capa de tu o_zona y que te contamines con caricias no biodegradables. Esas cosas se van acumulando, y un día veras en tu tele_diario la amenaza de un cambio climático, aun asi, tu seguiras creyendo estar en Ice age... pero cuidado que la naturaleza se revela de golpe con terremotos inesperados!!

    Yo creo que lo unico que se congela en esta vida es el viejo de los Simpsons que se mete en el frigo de Apu. Tu...tu solo le has añadido hielos al café para que se aguase que estaba demasiado amargo!!

    Una sonrisa GG!

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