La vida es como se supone que debe ser. Por eso, cada semana, las nominaciones nos mandan de vuelta a casa y expulsan al resto. No hay tiempo para preguntarse por qué se van los fuertes y nosotros, en cambio, seguimos aquí. Simplemente es como se supone que debe ser. Lo cierto es que cada día tengo que enfrentarme a la navaja de Ockham y creerme lo increíble, aunque al final nunca sea suficiente. Siempre me falta una última prueba de fe. Siempre tengo que volver, con un poquito menos de orgullo, a hacer lo que ordena el Gran Hermano. Porque quien te quiere te hace llorar pero quien te hace llorar te quiere un poco menos y te puede suplir con el alcohol y las fiestas y cualquier otro que pase. Es el precio que pagué por no estar solo. Es como se supone que debía ser.
Me ha gustado mucho como escribes, eres apasionado en tus lineas. Saludos!!!
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