La séptima temporada cuenta con nuevas caras, aunque arrastra los argumentos de siempre. Los espectadores conocen bien las estrategias de las grandes cadenas y nuestra audiencia marca mínimos históricos semana tras semana. Yo lo que quiero es huir de este sitio, romper el contrato y comenzar otra cosa radicalmente distinta. Yo lo que quiero es nunca haber venido aquí y no estar pagando el resto de mi vida que no sabía quién quería ser cuando me pusieron por delante papel y boli para firmar.
Que sí, que es verdad. Que he sido la persona más feliz del mundo en tantos y tantos rodajes de la serie por la que aposté, porque a mi lado tuve a los mejores compañeros de reparto que jamás pude escoger. Pero ya no quiero más. Desde hace mucho tiempo yo ya no soy feliz aquí y cada día que vuelvo de plató a casa siento que he perdido un poco más de mí y que ha ganado sitio la tristeza.
No quiero más guiones forzados, ni tener que recurrir a actores secundarios para darle un poco de trama amorosa a la serie. Ni me apetece el giro oscuro que trae la nueva temporada en la que todos se guardan un as bajo la manga para ganar una partida que yo no estoy jugando. Y creo que tampoco podría soportar otra vez que alguno de los actores principales de la serie abandonara para siempre el set por "el bien" de su carrera hacia el estrellato.
Ya está. No hay más. Hay que cancelar la serie. ¿Pero cómo? ¿Cómo puedo dejar una serie que fue tan importante sin un final digno para los espectadores que todavía nos siguen? Pero, ¿qué pasa si no me importa? Si realmente no quiero nada de esto, ni me preocupa lo que digan los demás porque los demás no han protagonizado estos 7 años. ¿Qué se supone que debo hacer si, después de todo, no ha merecido la pena? ¿Aguantar?
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