Aquí me acorrala lo obsoleto. Me rodea, me agarra, se pega a mí, no me deja en paz. Yo ya no quiero este camino ni todas esas cosas que tantas veces me he molestado en explicar. Yo sólo me pongo triste cuando pienso que Bilbao está demasiado lejos y que ya me he cansado de tener que publicar mil palabras para compensar un sólo hecho.
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